Compartimos este camión de asistencia de las Yamaha italianas. Cuando se corría sin límite de cilindrada ni cilindros, cuando se alcanzaban puntas de velocidad que daban miedo, con las motos devorando el desierto. Qué mejor compañía al final de la etapa (o en mitad de la misma si hay problemas), que un buen Unimog cargado de piezas y tripulado por mecánicos expertos. Increíble. Como diría Napoleón, cuarenta años de historia nos contemplan. Saludos.
Compartimos este camión de asistencia de las Yamaha italianas. Cuando se corría sin límite de cilindrada ni cilindros, cuando se alcanzaban puntas de velocidad que daban miedo, con las motos devorando el desierto.
ResponderEliminarQué mejor compañía al final de la etapa (o en mitad de la misma si hay problemas), que un buen Unimog cargado de piezas y tripulado por mecánicos expertos.
Increíble. Como diría Napoleón, cuarenta años de historia nos contemplan.
Saludos.
Eso explica Bernardo los carteles de Yamaha en el camión.
EliminarMe encanta el Unimog.
Abrazo!